Fotografía: Martín Quitano y yo.
Apenas habían pasado unas horas. Ojos desvelados. Rostro un tanto cansado. Pero en contraparte el rostro de siempre de Martín Quitano Martínez, ahora recién designado el director de la Editora de Gobierno de Veracruz, un cargo ad hoc para un buen tipo que es amante de la lectura, y que es filósofo por naturaleza.
Me reúno con él en el salón del Hotel México exactamente en la contraesquina del Palacio de Gobierno, en unos minutos que tuvo libre el primer día de su nuevo trabajo, mientras le realizaban una tramitología en Palacio de Gobierno. De hecho desde la mesa que ocupamos podemos observar el vaivén del movimiento en torno al edificio más destacado del centro histórico de Xalapa, vemos quien entra, quien sale, quien pasa.
"Hay, de entrada, varias cosas qué reactivar. En unas horas que he estado en la Editora, y en un pequeño recorrido que hice ya detecté varias cosas que me parecen impropias y que les pondremos solución de inmediato".
"Por ejemplo, aunque por un lado reconozco que el control de calidad en los productos que se realizan, o sea en los libros, es muy exigente, también considero que debemos concebir un proyecto en que muchos libros por fallas que para un grueso serían indetectables, sean picados sin ninguna misericordia. Creo que esos libros con fallas que no alteran en nada la presentación ni sobre todo el contenido, deben entrar a un proyecto de promoción permanente de lectura".
"Tenemos una máquina, que en la superficial visita que le hice, es de lo más moderno que hay en el mundo en el rubro de litografía, pero que tristemente está parada porque una pieza no sirve. Esa máquina hay que buscar la forma de echarla a andar, por dos razones básicas, una, que preste el servicio de calidad que se requiere, pero la segunda, es porque esa tecnología tan avanzada no fue creada para dejarla en el abandono. Estamos hablando que el descuido de no echarla a andar, al rato provocará que quede inservible, y eso es desastroso".
"Igualmente, la poca documentación que he revisado a conciencia, me deja claro que la Editora puede maquilar a entes externos y desde luego, cobrar la tarifa en consecuencia, lo que podría aportar a la economía interna de la propia Editora, holgando desde luego con ello, el gasto oficial que se asigna para su operación".
Martín Quitano tiene el proyecto de convertir a la Editora en una dependencia generadora. "Si te acuerdas lo que hicimos en Fidecoagua Coatepec, que siendo una oficina ciento por ciento dependiente de, la dejamos independiente y con muchas líneas de autonomía presupuestaria gracias a un gran trabajo de gestión que hicimos ahí, Ojalá las condiciones nos permitan poder aportar esa experiencia a la Editora de Gobierno".
Para entonces, Martín Quitano recibe una llamada telefónica. Le informan que el Secretario de Gobierno lo espera en su despacho en unos cuantos minutos. Nos levantamos con la promesa de saludarnos en otro momento, la entrevista finaliza.
